Las organizaciones son conjuntos de personas que se relacionan de múltiples maneras y desempeñan distintos roles. Estudiando la red social de nuestra empresa, podremos obtener poderosos puntos de vista para potenciar la innovación, mejorar la asignación de recursos, facilitar la resolución de problemas, y fomentar la capacidad de cambio y el compromiso organizacional...
Estamos viviendo en tiempos de muchos opuestos. Se espera que las organizaciones existan globalmente pero actúen localmente, que sean innovadoras pero que también obtengan beneficios en el corto plazo, que estén más cerca del cliente y generen relaciones duraderas pero que, a la vez, optimicen sus presupuestos de marketing, capacitación, etc.
En este escenario de (post) crisis económica, debemos comprender que el mundo organizacional difícilmente volverá a ser como antes.
Habrá muchas y nuevas exigencias tanto externas (organismos de control más exigentes, clientes más demandantes, proveedores más globalizados) como internas (nuevas competencias y habilidades requeridas para hacer frente a las exigencias externas, recambio generacional de líderes, estructuras organizacionales más delgadas e integradas globalmente, etc.)
De este breve análisis se desprenden dos necesidades críticas:
1) La organización tendrá que ser permeable e invitar a sus clientes y proveedores a jugar su mismo juego (bajo el concepto de "socios")
2) El conocimiento interno deberá permanecer, compartirse y renovarse más allá de las personas y las geografías
Así, las redes sociales surgen como un excelente vehículo para gestionar ambas necesidades en pos de un desempeño organizacional superior.
Pero, ¿qué es una red social?
Se trata de un sistema dinámico, complejo y abierto que cuenta con muchos interlocutores y vínculos, pero no por ello complicado ni imposible de gestionar.
Las redes sociales ya existen en todas las empresas, aunque no todas son conscientes de ello ni pueden visualizarlas.
Si somos capaces de conocer y visualizar la salud de la red social actual de nuestra organización, podremos identificar el grado de vinculación entre los miembros.
A diferencia de un organigrama, que nos muestra a las personas ordenadas por nivel jerárquico, un mapa de red nos revela que las relaciones son mucho más interactivas.
Y esto nos permite descubrir quiénes desempeñan una serie de roles clave para el alto desempeño:
El facilitador: Es la persona experta en vincular a gente con otra gente.
Los referentes: Son los expertos en diversas áreas de contenido y ofician como tales para el resto de las personas.
Los periféricos: Son quienes, por diversos motivos, permanecen aislados del vínculo social de la organización.
Las redes sociales ofrecen vinculación, identidad y pertenencia, por lo que es clave poder identificar los roles en cada organización y sumar a la red a los contactos externos de confianza.
Así, observar a la organización desde la perspectiva de su red social nos permite saber quién es quién. Y esto nos brinda poderosos puntos de vista para potenciar la innovación, mejorar la asignación de recursos, facilitar la resolución de problemas, y fomentar la capacidad de cambio y el compromiso organizacional.
En definitiva, el análisis de redes es una herramienta vital para ayudar a los líderes a resolver las demandas opuestas que pesan sobre su organización.
La red social ya existe en nuestra empresa. ¿Somos capaces de visualizarla? Es tiempo de comenzar a gestionarla a nuestro favor.